Epifisiolisis: Fractura del cartílago del crecimiento

Epifisiolisis Fractura del cartílago del crecimiento

La epifisiolisis es un tipo de fractura en el que se ve afectado el cartílago de crecimiento. Por este motivo, es una fractura que solo se da en niños.

Alrededor de un 25% de las roturas de huesos en niños son de este tipo y suelen afectar al radio y a la parte inferior de la tibia.

Las fracturas epifisiolisis son las de mayor gravedad porque existe un gran número de posibles complicaciones, como la detención del crecimiento o una deformidad progresiva provocada por la afectación asimétrica del cartílago de crecimiento.

Las causas principales de este tipo de fracturas son los golpes y las caídas, muy comunes en los juegos y prácticas deportivas.

Además, la epifisiolisas es más común en los varones que en las mujeres. Esto se debe a que las zonas cartilaginosas maduran antes en el caso de las mujeres, lo que reduce la posibilidad de sufrir daño en esta zona.

Tratamiento de epifisiolisis

El tratamiento a seguir será diferente en función de si se ha desplazado o no el hueso fracturado. Si no hay desplazamiento, generalmente se opta por un tratamiento no quirúrgico en el que se inmoviliza la zona afectada para facilitar la recuperación del cartílago.

Cuando existe un desplazamiento del hueso y, por tanto, el cartílago se encuentra mal alineado, la cirugía es necesaria para volver a colocar el hueso en su posición. Tras la operación, se inmoviliza la zona afectada para asegurar que el hueso se mantiene en la posición deseada.

En ambos casos, se realiza un seguimiento a largo plazo para asegurarse de que el cartílago se recupera de forma correcta, sin provocar deformaciones en el hueso.

La deformidad o la falta de crecimiento del hueso provocaría que la extremidad quede torcida o que su tamaño sea inferior en comparación con la contralateral.

En una de nuestras últimas intervenciones tuvimos que tratar a un niño con una fractura epifisiolisis de hombro con un gran desplazamiento de los fragmentos.

La Dra. López Sagasta y la Dra. del Olmo fueron las encargadas de resolver esta complicada fractura. Para ello, fue necesario utilizar tres agujas de 2 mm a través de una herida de un centímetro.

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