La fractura de cúbito y radio es una de las fracturas del brazo más frecuentes. Esto se debe a que cuando tenemos una caída apoyamos las manos o caemos sobre el brazo, de forma que una caída brusca puede provocar la fractura de radio y cúbito.
El cúbito y el radio son los dos huesos situados en el antebrazo. El cúbito se encuentra en la parte interna del antebrazo, mientras que el radio está en la parte más externa. El radio es el hueso que se rompe con una mayor frecuencia, ya que es el que se encuentra más próximo a la articulación con la muñeca.
Ambos huesos juegan un papel importante en la movilidad del brazo, ya que participan en la flexión y extensión de codo y muñeca, dos movimientos que el ser humano hace a diario.
Los traumatismos en el antebrazo y las caídas en las que el peso de cuerpo cae sobre las manos son las causas más frecuentes de una fractura de cúbito y radio. Los niños son los que sufren esta lesión con una mayor frecuencia, llegando a representar el 50% de las fracturas que se producen durante la niñez. Esto se debe a que actividades como correr o saltar pueden ocasionar caídas y traumatismos en las que el niño cae sobre el brazo extendido o apoyándose sobre las muñecas, y terminan con una fractura de cúbito y radio.
Los pacientes de edad avanzada también son más propensos a sufrir estas lesiones debido al desgaste de los huesos y gartílagos. Así pues, es más probable que una mala caída pueda ocasionar una fractura.
El principal síntoma de la fractura de cúbito y radio es un dolor agudo en la zona del antebrazo. Además, es posible que la fractura provoque una deformidad en el antebrazo, codo o muñeca. La inflamación de la zona y la incapacidad para mover y girar el antebrazo también son síntomas de la rotura.
El diagnóstico de la fractura de cúbito y radio se realiza mediante la exploración del antebrazo. El médico podrá encontrar diferentes indicios, como deformidad, dolor intenso al palpar o incapacidad para mover el antebrazo. Además, suele ser necesario realizar radiografías de codo, muñeca y antebrazo para determinar las lesiones que se han producido en la caída.
En función del tipo de rotura que se produzca, nos encontramos ante diferentes tipos de fracturas: ósea, múltiple, estable, inestable, inestable operada o conminuta.
El tratamiento aplicado dependerá del tipo de fractura sufrido y del grado de desplazamiento del hueso. Se optará por un tratamiento conservador cuando la fractura sea leve. Dicho tratamiento consistirá en colocar una férula o yeso para mantener la posición del hueso y acelerar la recuperación.
En los casos en que se produce una fractura severa, el médico podría intentar alinear los huesos sin cirugía. Si no es posible, se optará por el tratamiento quirúrgico para alinear los huesos y fijarlos en la posición correcta. Para ello, se utilizará un yeso, clavos o implantes de metal con el objetivo de asegurar la fijación hasta que el hueso cure.
En una de nuestras últimas intervenciones, una niña de seis años sufrió una caída patinando que provocó una fractura completa de radio distal con gran acortamiento y una fractura incompleta de cúbito distal. Fue necesario aplicar un tratamiento quirúrgico urgente en el que se realizó una fijación mininvasiva con agujas de 1,5 mm.