Inestabilidad de hombro

Inestabilidad de hombro

La inestabilidad de hombro, también conocida como inestabilidad glenohumeral, se refiere a la pérdida de la relación normal entre el hombro y la escápula. Esta pérdida provoca un movimiento anormal y excesivo entre la cabeza del húmero y la cavidad de la escápula.

Los estabilizadores del hombro mantienen la cabeza del húmero adosada a la cavidad de la escápula. La inestabilidad del hombro provoca la salida de la cabeza humeral de la cavidad. Una lesión de los estabilizadores o una deformidad crónica de estas estructuras provoca la inestabilidad de hombro.

Cuando la salida del húmero de la cavidad es parcial, nos encontramos ante una subluxación. Esta da la sensación de que el hombro está a punto de salirse. Por otro lado, cuando la salida es total, nos encontramos ante una luxación. La luxación completa de hombro provoca un dolor muy intenso y requieren de unas maniobras concretas para reducir la articulación.

En los casos en que las luxaciones de hombro se repiten con frecuencia, e incluso suceden sin haber sufrido un golpe fuerte, nos encontramos ante una inestabilidad recidivante de hombro.

Síntomas y causas de la inestabilidad del hombro

Los síntomas más habituales de la inestabilidad de hombro son el dolor en el hombro, el bloqueo de la articulación y, en ocasiones, la imposibilidad de mover el hombro. Una subluxación genera la sensación de salida parcial del hombro y puede causar molestias. En cambio, en la luxación completa es posible apreciar una deformidad en el hombro y el dolor que la acompaña es intenso.

En cuanto a las causas, un fuerte traumatismo que produce una luxación o subluxación puede dañar el interior de la articulación y originar episodios de inestabilidad de hombro en el futuro. La práctica deportiva en la que se realizan movimientos forzados del hombro y estiramientos continuados de los ligamentos también pueden causar una inestabilidad de la articulación.

Diagnóstico y tratamiento

Cuando se produce una luxación, el diagnóstico suele ser evidente. En los casos de subluxación es necesario realizar pruebas adicionales para confirmar la lesión. En cualquier caso, se realizará una radiografía del hombro para confirmar la pérdida de la relación normal entre el húmero y la escápula. Cuando existe una luxación aguda, se realizará una segunda radiografía tras recolocar el hombro para comprobar que el hombro está en su sitio y para poder valorar los daños causados.

Tras la primera luxación o primer episodio de inestabilidad, se suele optar por un tratamiento conservador. Se lleva a cabo una reducción del hombro para recolocarlo y se inmoviliza con cabestrillo durante unas 3 semanas. Posteriormente, se realiza un tratamiento rehabilitador para recuperar la movilidad total en la zona afectada.

Cuando la luxación vuelve a repetirse y nos encontramos ante una inestabilidad recidivante, es recomendable aplicar un tratamiento quirúrgico con el objetivo de reparar las estructuras dañadas y devolver la estabilidad al hombro. Hoy en día, casi todas las cirugías por luxación se llevan a cabo por técnica artroscopica.

En uno de nuestros últimos casos realizamos una cirugía por técnica artroscopica para tratar la inestabilidad de hombro del paciente. Es necesario realizar tres pequeñas incisiones y utilizar un instrumental específico para completar con éxito la intervención. En este caso, optamos por anclajes suturefix de 1,7 mm de Smith & Nephew.

El procedimiento tuvo una duración de unos 30 minutos y, tras siete horas de ingreso, el paciente fue dado de alta con un cabestrillo que deberá llevar durante 4 semanas.

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